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sábado, 13 de febrero de 2010

Estudio sobre conducción y cannabis (III)

Continuamos con la 3ª entrega de este interesante estudio.


Puedes leer la 1ª parte AQUÍ.

Puedes leer la 2ª parte AQUÍ.


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“El uso de cannabis incrementa el tiempo de reacción y el número de respuestas incorrectas ante emergencias.”


Así que, para resumir los estudios sobre simulador y en carretera: Parece que el uso de cannabis empeora algunas habilidades de la conducción (funciones automáticas como el seguimiento) en dosis tan bajas como un tercio de porro, pero otras habilidades (funciones complejas que requieren del control consciente) no quedan dañadas hasta llegar a altas dosis, y los usuarios experimentados de cannabis parecen ser capaces de compensar estos déficits conduciendo con más cuidado. Sin embargo, los sucesos inesperados son todavía difíciles de manejar bajo la influencia del cannabis, y un poquito de alcohol más un poquito de cannabis causan mayores daños que el uso de una única droga.


El alcohol parece empeorar más a aquellas tareas que requieren del control consciente que a las que utilizan el control automático, mientras que el cannabis, a dosis comparables, empeora más el control automático. Los efectos negativos de ambas drogas sobre la conducción se suman si se consumen juntas e incluso pueden sinergizar. Sin embargo, los fumadores crónicos de cannabis resultan menos afectados tanto por el alcohol como por el cannabis de lo que se podría pensar.


Una de las debilidades de estos estudios de conducción es que el sujeto sabe que está siendo observado y evaluado, así que hará todo lo posible para conducir bien. Sin embargo, la conducción segura no depende solo de la capacidad, sino también del comportamiento, y cosas como la búsqueda de emociones, la ira o la asunción de riesgos tienden a no mostrarse en este tipo de tests. Estos estudios son una buena medida de lo que los conductores son capaces de hacer, no de lo que los conductores realmente hacen, así que se podría subestimar el riesgo. Son necesarios datos reales sobre accidentes en carretera para poder saber lo que la gente hace realmente.


Los estudios epidemiológicos intentan medir el riesgo actual de que un conductor pueda causar un accidente bajo la influencia de una droga respecto a una persona sobria conduciendo bajo circunstancias similares.


El riesgo relativo se expresa en la forma de “ratio de probabilidades” (RP), que es un multiplicador debido al mayor riesgo de accidente derivado de conducir bajo los efectos del cannabis. Por ejemplo, un ratio de probabilidades de 2.0 significa que estar colocado dobla las probabilidades de experimentar los efectos en cuestión, que en el caso que nos ocupa, puede ir desde tener un accidente de coche o ser declarado responsable de uno hasta morir en dicho accidente. Un RP de 1.0 significaría que no hay efecto, y un RP de 0.5 indica que el riesgo se reduce a la mitad.


Los epidemiólogos toman dos aproximaciones diferentes. La primera son los estudios de culpabilidad, que clasifican a conductores que han chocado de acuerdo a su grado de responsabilidad (culpabilidad) en el accidente, y entonces se compara el uso del cannabis en cada categoría. Si se encuentra un mayor uso de cannabis entre los responsables de los accidentes se considera que el cannabis aumenta el riesgo de accidente. El segundo caso son los estudios de control. Discutiremos cada uno por orden.




¿Cual es la diferencia entre el delta9-THC y el carboxi-THC?

El compuesto delta9-tetrahidrocannabinol (delta9-THC o THC), que está presente en el cannabis, es el principal responsable de que la gente se sienta colocada. Alcanza el punto álgido en sangre en unos minutos, pero el 90% desaparece en una hora.

El delta9-THC se metaboliza en 11-OH-THC (11-hydroxi-THC o ácido THC-carboxílico), quien también contribuye al colocón. Este compuesto permanece en la sangre durante horas, y también es absorbido por las células de grasa, lo que lo hace mucho más duradero en nuestro cuerpo.

Este metabolito, el 11-hydroxi-THC, se metaboliza posteriormnte en THC-COOH (carboxi-THC), que abandona el cuerpo en forma de orina. El Carboxi-THC no es psicoactivo, puede tardar horas en aparecer en la orina y semanas parar eliminarse totalmente del cuerpo. La confusión deriva de que las tres moléculas se abrevian como “THC”, lo que lleva a un sinfín de discusiones sobre cuanto tiempo permanece el THC en el cuerpo.

Ahora se ve más claramente por qué las mediciones basadas en carboxi-THC son una mala manera de descubrir si alguien está drogado. No solo no responde a la cuestión, sino que la hace más confusa. Desafortunadamente, los tests de sangre para el delta9-THC no estuvieron disponibles hasta 1998, así que antes de esa fecha, eso era lo que utilizaban los científicos.

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Para ir a la 4ª Parte, pulsa AQUÍ.

Saludos!

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