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jueves, 11 de febrero de 2010

Esudio sobre conducción y cannabis (II)

Seguimos con la traducción del estudio publicado por Erowid.
Puedes leer la primera parte AQUÍ.

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Estudios sobre conducción y simulador: ¿El consumo de cannabis perjudica al rendimiento en las pruebas de conducción?



Simulador de conducción

Figura 1: Ejemplo de un simulador de conducción.

Foto de Colorado State University


Extrañamente, dados los alarmantes resultados de los estudios cognitivos, la mayoría de los conductores fumados no parecen resultar particularmente perjudicados en las actuales pruebas de conducción. Fumadores experimentados que condujeron en un circuito establecido casi no mostraron deterioros bajo la influencia del cannabis (excepto cuando este se combinó con alcohol).


Algunos científicos han sugerido que la razón por la que los conductores colocados no chocan más en las simulaciones de laboratorio o la pruebas en carretera, a pesar de tener sus facultades evidentemente deterioradas, es por que dichos usuarios tienden a pensar que están más colocados de lo que realmente están, con lo que intentan hacer todo lo posible para compensarlo. Por contra, los conductores bebidos normalmente creen que están menos borrachos de lo que realmente están.


Dada una dosis de 7 mg de THC (alrededor de un tercio de porro), los conductores se evaluaron a si mismos como con las facultades mermadas, aunque sus capacidades de conducción no lo estaban. En contraste, con una concentración de alcohol del 0.04% (un poco menos de dos latas de cerveza; la mitad del límite legal en la mayoría de estados de EE.UU.), la capacidad de conducción se vio afectada aunque los conductores se evaluaron a si mismos como en perfecto estado. Los fumadores de cannabis creen que conducen peor cuando están colocados, por lo que lo hacen de forma más prudente.


¿Que quieren decir los científicos cuando hablan de “conducción más prudente?

Los conductores fumados incrementan la distancia con el vehículo precedente, intentan adelantar menos y conducen más despacio. Todo lo contrario se aplica a los conductores bebidos.


Un análisis de ocho estudios realizados en simulador y siete estudios realizados en carretera reveló que el consumo de cannabis se asocia tanto a un pobre control de los carriles como a la reducción de la velocidad para mantener dicho control. En siete de diez estudios citados en el análisis, los conductores fumados condujeron más despacio, incluso cuando se les dieron instrucciones explícitas de mantener una velocidad mayor, y un estudio más reciente sobre simulador publicado en 2008 llegó a las mismas conclusiones. Dos estudios en simulador mostraron que la tendencia a adelantar disminuía con el uso del cannabis, pero aumentaba con el uso del alcohol.


Un estudio en simulador y dos en carretera revelaron que los conductores fumados tendian a incrementar la distancia entre ellos y el vehículo precedente. Otros estudios afirman que el uso del cannabis no perjudica a la detección de señales, a un cambio brusco de carril o a la detección (y respuesta) de situaciones peligrosas.


"En siete de diez estudios citados en un análisis, los conductores fumados condujeron más despacio aunque se les dieron instrucciones explícitas de mantener una velocidad mayor, y un estudio más reciente sobre simulador publicado en 2008 llegó a las mismas conclusiones."


Aún y así, los fumadores de cannabis no pueden compensarlo todo intentando conducir con más cuidado. El uso del cannabis incrementa el tiempo de reacción y el número de respuestas incorrectas ante emergencias. Los conductores fumados no son capaces de compensar la desviación estándar de la posición lateral (SDLP (en inglés), una medida de permanencia en el carril), que se incrementa con mayores dosis de THC. Esto es algo que no puede ser compensado conscientemente en la manera en que si pueden serlo otros aspectos de la conducción. Otros estudios hallaron una peor monitorización del velocímetro mientras se estaba fumado, un incremento del tiempo de decisión al adelantar y un incremento del tiempo necesario para frenar cuando un semáforo cambia repentinamente o ante sonidos inesperados. Dichos conductores también chocaron más frecuentemente ante un obstáculo aparecido repentinamente si habían consumido altas dosis de cannabis, aunque este último efecto no parece suceder a dosis menores.


Meta-análisis de alrededor de 120 estudios han hallado que, en general, cuanta más alta sea la concentración de THC en sangre, peor será la conducción, pero que los fumadores habituados muestran una menor disminución de sus capacidades que la que muestran aquellos fumadores ocasionales ante la misma dosis.


Esto puede ser debido a una tolerancia psicológica (del mismo modo en que los bebedores habituales pueden “retener su licor”) o porque, sencillamente, han aprendido a hacer las cosas mientras están fumados. El mayor deterioro en las capacidades de conducción se encuentra entre los 20 y los 40 minutos después de fumar, pero la gente suele volver a la normalidad a las dos horas y media, al menos aquellos que han consumido 18 mg de THC o menos (la dosis usualmente empleada de forma experimental para duplicar un porro).


Curiosamente, tres estudios informan de que los fumadores crónicos de cannabis resultan menos afectados por el alcohol en algunas mediciones que los no fumadores o los fumadores ocasionales.

Ya en 1970, el famoso investigador de drogas psicoactivas, Dr. Reese Jones percibió que el alcohol tenía menos efectos en grandes fumadores de cannabis. Un estudio realizado veinte años después mostró que los fumadores habituales de cannabis muestran una merma menor en sus capacidades periféricas de detección de señales cuando estaban bebidos que los fumadores ocasionales, y un estudio posterior aún halló que los usuarios regulares de cannabis, tras una ingesta de alcohol, muestran una menor reducción de su capacidad de seguimiento y un menor índice de mareos que los usuarios ocasionales ante la misma dosis de alcohol.


No están claras las razones de esto. Es posible que se trate de una “tolerancia cruzada” entre el cannabis y el alcohol a un nivel psicológico. También podría ser que aquellos que han aprendido a funcionar en un estado alterado de conciencia puedan también funcionar mejor en otro.

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Para ir a la 3ª Parte, pulsa AQUÍ.


Saludos!

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